Los grabados rupestres de Tigalate Hondo (Mazo. La Palma) (I)
Hemos estudiado en otra ocasión (*) los grabados de Belmaco. Allí quedaron cuántas sugerencias se pudieron hacer sobre etnología aborigen —tomando como arranque la naturaleza de la estación—, se apuntaron cuestiones de cronología y de supuestas relaciones culturales, al mismo tiempo que se hacía un análisis de los temas y técnicas patentes en dicha estación. No vamos, pues, a insistir ahora en puntos ya tocados entonces, pero si creemos necesario recordar que lo que en aquella ocasión se señalaba por vez primera —cota aproximada del emplazamiento de los yacimientos, existencia de fuentes, tipo de vegetación, etc.— son constantes naturales que definen al caboco con grabados, como se verá a medida que avancemos en la descripción de esta estación de Tigalate Hondo.
(*) LUIS DIEGO CUSCOY: Nuevas consideraciones en torno a los petroglifos del caboco de Belmaco, REVISTA DE HISTORIA, núms. 109-112, 1955.
El mayor número de yacimientos con grabados se halla en el NO de La Palma, término de Garafía. Es la región más conocida por los arqueólogos, aunque de ella se hayan hecho escasas publicaciones. Se trata de ampliar el conocimiento del área para poder estudiarla en un trabajo de conjunto, en vez de hacerlo en trabajos desperdigados y parciales. Belmaco, al E de la isla, a 12 Km. de la capital, ha atraído desde hace unos dos siglos la atención de curiosos e investigadores. Puede decirse que a lo largo de toda la vertiente E de la isla de La Palma, Belmaco era la sola estación conocida. Hasta hace muy poco podía afirmarse que era la única. En toda esa vertiente abundan los cabocos, y la vegetación, en las cotas convenientes para el establecimiento de una estación con petroglifos, suele ser la misma, iguales o parecidas condiciones climáticas, relieve semejante; es decir, que dándose las mismas circunstancias naturales, las vertientes NO y O ofrecían series de estaciones, mientras que las vertientes NE y E carecían de ellas. De N a S, por la vertiente E —desde Barlavento a Fuencaliente—, son innumerables los cabocos, pero sólo una estación registrada, la de Belmaco (Véase el mapa de la Fig. 6).
Con el reciente descubrimiento de un bloque con grabados en la zona de Tigalate Hondo —término de Mazo, dentro del cual está también Belmaco— se añade una estación más al conjunto de estaciones de la isla de La Palma, y por el lugar donde está emplazada enriquece el conocimiento de la vertiente E, tan escasa de yacimientos.
Tigalate Hondo está situado al S de Mazo. Tiene acceso por la pista del Hoyo de Mazo, que hay que abandonar para seguir a píe por un camino de gran desnivel, y que es el que conduce a las proximidades del yacimiento. Este camino queda a la izquierda para tomar unas veredas que cruzan el caserío de Tigalate Hondo. El yacimiento ha sido designado con el nombre de este caserío, ya que asegura mejor su localización.
La carretera pasa a una altura de 500 metros, y el yacimiento se halla a unos 300, un poco más bajo que Belmaco. A pesar de hallarse casi a la misma altura de este último yacimiento, hay un ligero cambio en la vegetación: en Belmaco se hallan, con el pino, arbustos de monte bajo, entre ellos el brezo, mientras que en Tigalate Hondo dominan las especies xerófilas características de las costas insulares, acaso por hallarse situado más al sur. Sin embargo, es buena zona de pastos de otoño e invierno, lo que hace posible la existencia de ganado menor.
Continúa...
LUÍS DIEGO CUSCOY
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