DATACIONES ABSOLUTAS PARA LOS YACIMIENTOS DE RISCO CHIMIRIQUE (TEJEDA) Y PLAYA DE AGUADULCE (TELDE) (II)
1. RISCO CHIMIRIQUE (TEJEDA)
En el Risco Chimirique (Tejeda) se excavaron (1) dos yacimientos en cueva denominados Chimirique 1 y 2, situándose el primero (28R0437973 UTM3092675), un amplio solapón con el acceso orientado hacia el ESE, a una cota superior que el 2. El interior presentaba en el momento de la prospección escaso sedimento, en parte revuelto por clandestinos, destacando la existencia en superficie de abundantes evidencias arqueológicas integradas fundamentalmente por material lítico, cerámica y restos de fauna.
En el curso de los trabajos arqueológicos desarrollados en Chimirique 1 pudo constatarse la presencia de un relleno arqueológico de sumo interés que revelaba una intensa ocupación traducida en aspectos tan diversos como la localización de varias piroestructuras simples dispuestas en un mismo espacio, así como en una gran abundancia y diversidad de artefactos y ecofactos.
Los sedimentos alcanzan potencias máximas que oscilan entre los 25 y 30 centímetros en relación con el suelo circundante. Este relleno muestra una dinámica depositiva en la que la sedimentación de origen antrópico alcanza el máximo protagonismo, combinada, a su vez, con aportes de tipo natural. En este sentido, el paquete sedimentario de Chimirique 1 está compuesto por una única estructura sedimentaria constatable a lo largo de la totalidad de la secuencia, en la cual se individualizan dos estratos arqueológicos diferenciados, caracterizado cada uno de ellos por una dinámica sedimentaria particular que parecen el reflejo de usos diferenciados de este espacio.
Estrato Superficial: Constituye un nivel alterado por la reutilización en época reciente para estabular ganado menor, circunstancia que ha favorecido igualmente la remoción de parte de este estrato y el desplazamiento de los materiales ubicados en las cotas más elevadas.
La presencia de restos arqueológicos es abundante, localizándose preferentemente en la cuadrícula B-5 y en las zonas inmediatas a ésta. Destacan entre los artefactos, las cerámicas sin que exista ninguna evidencia de materiales históricos.
Estrato I: Presenta en su cota más elevada tres puntos de sedimentos termoalterados de coloración blanca, de naturaleza limosa y textura muy compacta, que corresponden a una estructura de combustión con diferentes focos de encendido, localizados todos en el mismo sector (cuadrícula B-4), extendiéndose alrededor un sedimento grisáceo oscuro, ceniciento y de textura muy suelta.
Se trata de un hogar plano, sin acondicionamiento estructural, de morfología de tendencia elíptica, definida por el sedimento más intensamente termoalterado compuesto por carbonataciones de pequeño tamaño y una matriz limosa compacta. Sedimentológicamente presenta una estructura laminar (hojaldrada), debida a la plena combustión de los elementos orgánicos quemados en el hogar.
El repertorio arqueológico es relativamente abundante, compuesto fundamentalmente por fragmentos de cerámica e industria lítica (tanto útiles, como restos de talla) que se localizan preferente en torno a la estructura de combustión antes citada. Las evidencias de fauna terrestre no son demasiado abundantes, siendo prácticamente inexistentes los restos de fauna marina (ictiofauna y malacofauna).
Estrato II: Corresponde a un nivel de ocupación plenamente definido que, a diferencia del anterior, no muestra ningún signo de alteración. La excavación de este estrato permitió documentar la existencia de nueve focos de combustión repartidos entre las cuadrículas B-4, C-4 y B-5, seis de los cuales (1-6) definen y conforman una estructura de combustión de considerables dimensiones. En todos los casos se trata de hogares planos, sin acondicionamiento alguno que limite su extensión, normalmente de forma circular o elíptica y con dimensiones y potencias variables. Los focos denominados con los números 2, 3, 4, 5, 6, se encuentran apoyados directamente sobre la roca madre, superpuestos siguiendo el desnivel del suelo natural de la cueva. De este modo se constata que los hogares se ubican inicialmente en las zonas más bajas de la roca y, a medida que se va colmatando este espacio (por el fuego y las cenizas evacuadas de éstos), son reubicados en cotas más elevadas.
En este estrato, el volumen y la diversidad de materiales aumenta de forma importante con respecto a los anteriores, se mantiene el número de evidencias líticas y se produce un sensible incremento de la cerámica y de los restos de fauna. Estos últimos mantienen unos índices muy elevados de fragmentación, estando algunos restos termoalterados.
A juzgar por la organización microespacial de este recinto, se podría afirmar que las zonas de combustión son el elemento fundamental en la articulación del espacio habitacional, localizándose aquí las áreas de mayor concentración de materiales. En definitiva, y a juzgar por las observaciones de campo, el fuego se erige como el centro de la actividad doméstica que se lleva a cabo en el interior de este recinto.
Continúa...
Ernesto Martín Rodríguez
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