lunes, 16 de junio de 2014


DATACIONES ABSOLUTAS PARA LOS YACIMIENTOS DE RISCO CHIMIRIQUE (TEJEDA) Y PLAYA DE AGUADULCE (TELDE) (VII)

3. LAS DATACIONES RADIOCARBÓNICAS

Los resultados obtenidos en Risco Chimirique y Aguadulce fueron bastante alentadores en cuanto a las expectativas iniciales e interesantes en muchos aspectos, especialmente los referidos a la dieta alimenticia de estas comunidades. Sin embargo no encontramos la continuidad estratigráfica que perseguíamos debido fundamentalmente a las características de estos sitios y a las transformaciones naturales o antrópicas que modificaron sus condiciones originales. Aún así fue posible reconstruir la secuencia estratigráfica y datar mediante C-14 alguno de sus hitos más significativos, lo que si bien no soluciona ninguno de los problemas planteados por la investigación arqueológica que se desarrolla en la isla, sí contribuye a mejorar el nivel de comprensión de esta.

La arqueología insular se enfrenta a dos problemas que son, desde nuestro punto de vista insolubles por el momento. Uno es la inexistencia de datos estratigráficos que permitan articular entre sí los diferentes componentes y procesos culturales que tenemos documentados, bien a través de la arqueología, bien a través de las fuentes documentales. Otro es la escasez de dataciones absolutas que permitan componer el marco cronológico en el que se desarrolla el poblamiento insular, del que sólo conocemos con seguridad el limite superior. Las dataciones absolutas a nuestra disposición -C14- además de presentar una distribución espacial irregular, tienen distinto valor científico en función de su antigüedad. Así aproximadamente el 52,38 % del total corresponden a la Cueva Pintada (Gáldar) y están calibradas, frente al 34,92 % que no lo están y que además tienen algunos –las más antiguas- problemas en relación tanto con la procedencia como con la metodología empleada en su obtención. Nos queda por tanto un 12,69 % que corresponden a yacimientos excavados en los últimos años localizados en el sector suroriental y central de la isla.

Varios son los factores que concurren en los bajos niveles que presenta la investigación en la isla o en el Archipiélago, aunque el más importante sea la errada y obsoleta política llevada a cabo desde la administración en la última década. La ausencia de proyectos plurianuales ha multiplicado las intervenciones de urgencia dotadas también con presupuestos de urgencia que en ocasiones apenas alcanzan para sufragar los gastos que originan los trabajos de campo. Por este motivo, cuando se consigue superar este umbral la precariedad de recursos obliga a recurrir a los estándares del método, como sucede con el Carbono 14, pues si ya estas tienen un precio elevado el que alcanzan otras técnicas más sofisticadas resulta prohibitivo (AMS).

En relación a las muestras más antiguas hemos considerado que era mejor reciclarlas que rechazarlas, para lo cual las hemos calibrado utilizando el programa elaborado por el Dr. C. Bronk Ramsey (BRONK RAMSEY, 1994, 1995) del Oxford Radiocarbon Accelerator Unit. Creemos que de esta manera se mejora el dato cronológico aún cuando persistan los problemas relativos a la metodología empleada en la obtención de alguna de las muestras (caso de las muestras identificadas con las siglas GRO-). Los resultados obtenidos son los siguientes:



Los datos más significativos de esta tabla son los referidos a los yacimientos que se disponen a lo largo del corredor natural que conforma el barranco de la Aldea. Así las muestras obtenidas en conjuntos de la importancia de Acusa o Cuevas del Rey están en consonancia con las fechas más antiguas proporcionadas por yacimientos costeros como Caserones o Lomo Granados. Estas circunstancias tampoco tienen mayor relevancia, salvo, si se quiere, para apuntar la antigüedad del poblamiento de ambas zonas y de los componentes culturales que se le asocian ya desde los primeros momentos, dejando así de lado ciertas veleidades enquistadas en la historiografía tradicional.

De los yacimientos estudiados en este texto, sólo en Risco Chimirique 2 y en Playa de Aguadulce fue factible obtener muestras fiables y en cantidad suficiente para datar por radiocarbono. Las conclusiones de los análisis son las que se muestran en la siguiente tabla:


El tipo de intervención que se llevó a cabo en Playa de Aguadulce permite evaluar de manera precisa el contenido de una columna estratigráfica, pero también tiene los inconvenientes propios del reducido espacio que abarca. Esta podría ser la explicación, y no la ausencia de elementos orgánicos, de que sólo hayamos podido datar el estrato inferior de este yacimiento. La fecha, obtenida sobre una muestra de conchas de molusco, sitúa el subestrato VIIc entre los siglos IV y VI de la era, dato que rejuvenece el obtenido anteriormente por V. Soler (información oral) para una muestra de carbón procedente de este mismo subestrato (siglos II-III AD). Aunque no hemos podido datar los estratos superiores, G. Santana Duchement, que experimenta con las posibilidades de la termoluminiscencia en Gran Canaria, ha obtenido con este método para los estratos superiores de Aguadulce, valores situados en los siglos XIV-XV AD. A falta de contrastar estos resultados por otros métodos, lo cierto es que este último dato parece confirmar la continuidad en la ocupación de este espacio que revela la secuencia estratigráfica.

Las muestras datadas en Chimirique 2 permiten situar en el tiempo el uso diferencial que se hace de este recinto natural. La muestra de carbón, obtenida en el hogar que se dispone en el estrato III de la cuadrícula C/8, data esta ocupación del recinto como vivienda en el siglo VII AD, mientras que la termoluminiscencia tiende a envejecer casi dos siglos aquellos resultados. Posteriormente sobreviene el dislocamiento de la visera de la cueva, variando considerablemente la superficie útil disponible. Este hecho provoca el cambio de uso que registra el sector b, donde se realizarán tres inhumaciones que el radiocarbono fecha entre los siglos XI y XIII AD.

La importancia de estas fechas no es tanto poder delimitar temporalmente los distintos usos que recibe el espacio en Chimirique 2, como contar con un repertorio material fechado en un segmento temporal concreto, aunque de momento y por si sólo este dato no aporte mucha información. El mismo planteamiento nos hacemos con respecto a la secuencia estratigráfica de Playa de Aguadulce, aunque aquí haya que lamentar la importante perdida de documentación que supone la destrucción del tramo principal de la cueva.



Ernesto Martín Rodríguez

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