La nueva "quesera" del Jameo del Agua en la isla de Lanzarote
Reconociendo los grandes tubos volcánicos de las lavas derivadas de centros eruptivos dependientes del volcán La Corona y que dieron origen al extenso campo lávico (malpaís) de la costa NE de Lanzarote, se hizo un recorrido en los alrededores del llamado Jameo del Agua. El recorrido fue hecho en compañía de don Mariano López Socas, de Haría, Lanzarote, el 17 de febrero de 1960.
Al W del Jameo citado se encuentran una serie de eminencias de pequeña altura. Una de ellas, la más próxima al Jameo, en forma de artesa, es alargada y otras dos son como domos con pequeñas depresiones en su eje.
Comoquiera que estos accidentes corresponden a expansión de vapor de agua de la que penetró, procedente del mar, por los mencionados tubos en el momento en que aún las rocas estaban incandescentes y pastosas, se notó que muchas rocas sueltas no correspondían a la natural disposición, sino que habían sido colocadas por la mano del hombre. Estas «construcciones», unas son de grandes bloques, que pueden ser de procedencia aborigen, a manera de abrigos, de muy tosco apilamiento de rocas, y otras parecen estar construidas por pastores en tiempos recientes. Una vez notado esto, se siguió avanzando hacia el W hasta completar la extensión de relieves, y se encontró en el extremo de la línea, formada por la de artesa y bóvedas, un dispositivo tallado en una roca plana del suelo con las características de la llamada «quesera» de Zonzamas. Este dispositivo estaba medio cubierto de rocas más o menos paralepipédicas, que hubo que apartar para fotografiarlo.
La «quesera» está tallada en una roca basáltica y porosa. Dos canales están completos con dirección aproximada de norte a sur y casi horizontales. Otros canales que existieron han sido removidos de forma que al menos tres grandes losas con sus caras pulidas yacen junto a los canales existentes. Hay que hacer, por lo tanto, una labor de reconstrucción. Las losas sueltas son de bastante peso. Debido a la disposición de las hiladas de basalto que forman este lugar es fácil sacar placas o losas del material. Para construir la quesera se debió de haber separado la primera capa escoriácea de basalto, tallando en la inmediatamente inferior. Los que en recientes tiempos han removido y desplazado trozos de la quesera, han levantado parte de la segunda hilada de basaltos. Como el recinto de la quesera está lleno de grandes rocas y en parte oculto por ellas, no es fácil hacer un gráfico completo de cómo es, salvo de los dos canales existentes.
La canal más al E está dividida en compartimientos de baja altura, de forma que los tabiques de separación no llegan al borde de la canal sino aproximadamente a un tercio de su altura. Esta canal termina, por uno de sus extremos, en desagües, mientras que el otro es ciego. La otra canal parece ciega por ambos extremos, aunque puede tener algún orificio en el fondo y estar taponado con tierra.
No se tomaron medidas ni orientación ni se hizo reconstrucción alguna, entendiendo que esto no es labor mía, sino de personal competente.
Es de importancia proteger este lugar en un radio que abarque todas las construcciones que parecen aborígenes y hacer un reconocimiento de todas ellas. Materiales de factura aborigen pueden existir; sin embargo, en un reconocimiento superficial, no se vio cerámica; pero, debido a lo agrietado del terreno, no sería extraño que existiesen, ocultos, utensilios de interés.
Aun cuando la quesera tiene un alto valor arquelógico, las construcciones que están en los alrededores, en un área marcada aproximadamente en el mapa adjunto, tienen tanto valor como la misma quesera.
En algunas rocas del suelo, en el camino más recto entre la carretera del Jameo y la quesera, fueron observados algunos trazos tallados en rocas del mismo, que pueden ser ya naturales, ya artificiales. Debido a lo escaso del tiempo disponible, no se pudo hacer un reconocimiento completo (1), sino muy superficial, del lugar. Creo es necesaria una investigación detenida en todo el sector y en un diámetro de unos ciento cincuenta metros. Por otra parte la reconstrucción de lo removido supone un cuidadoso trabajo.
(1) Al visitar el lugar el arqueólogo don José Serra, en abril de 1960, halló junto a la quesera dos fragmentos cerámicos de apariencia indígena, hechos a mano,—Nota de la Red.
Puerto de la Cruz, marzo de 1960
Telesforo BRAVO
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