DESCRIPCIÓN DE LAS ISLAS CANARIAS 1764 (IV)
George Glas
Traducida del inglés por Constantino Aznar de Acevedo. Instituto de Estudios Canarios con la colaboración de Caja Canarias, 1999, 3ª reimpresión. 175 págs.
Los equivalentes españoles que se eligen en estos dos casos son apreciablemente inadecuados. En lo que se refiere a apartment, el fondo léxico del español dispone de varias formas, como habitación, cuarto, estancia y aposento, que se hubiesen acercado mucho más al contenido de la forma inglesa. En cuanto a habitation, el término español elegido es claramente inexacto e inapropiado y se debían haber utilizado las formas casa, vivienda o lugar habitado. Otros casos similares a los anteriores pueden verse en libran; que Aznar traduce como librería, cuando su valor es el de biblioteca, a pocket-compass (255), que no puede ser un compás de bolsillo, sino una brújula de bolsillo. Singularmente ilustrativa a este respecto es la solución que Aznar da a la forma inglesa native. En los capítulos iniciales usa la voz indígena: «Durante el invierno los indígenas de Lanzarote envían allí sus cabras y ovejas a pasar...los indígenas de Lanzarote van algunas veces a la Alegranza para recoger orchilla... desde donde hicieron varias señales para que los indígenas se enteraran de su desgracia y los socorrieran, pero en vano» (cap. I); «Cuando esta lluvia empieza a caer, los indígenas siembran sus granos...y una especie de pino silvestre que los indígenas llaman tarajal... Para viajar los indígenas emplean asnos de tamaño mayor que los de las otras islas... Aquí no existen animales venenosos, excepto una araña negra, cuya mordedura, dicen los indígenas, es ponzoñosa» (cap. III). Pero a partir del capítulo IV abandona esta solución y se vale mayoritariamente del término nativo:
• a) «Teniendo curiosidad sobre qué opinión tenían los nativos de los comerciantes irlandeses» (cap. IV).
• b) «los nativos fueron frecuentemente molestados por corsarios argelinos...Los nativos, exasperados al ver su isla otra vez atacada en tan poco tiempo, decidieron no dar cuartel a estos segundos invasores [...] los nativos, siendo veinte contra uno [...] Los nativos se reunieron hasta un número de quinientos [...]. En su marcha fueron a menudo atacados por los nativos [...] e hicieron tanto daño a los nativos comiéndose su maíz [...] los nativos de las Canarias todas son, en general, extremadamente pleitistas [...] los nativos no tienen relación con extranjeros» (cap. V).
• c) «los nativos gozan de salud y longevidad [...] no puedo imaginar por qué los nativos no extraen el jugo [...] encontrando los nativos más ventajoso» (cap. VII).
• d) «los nativos consiguen dos cosechas de maíz» (cap. IX).
• e) «por lo que los nativos construyen depósitos cuadrados o tanques [...] los nativos dicen, según la tradición, que en el lugar donde ahora se encuentra había una llanura [...] hasta el punto que los nativos no llegan a consumirlas [...] los nativos hacen un buen pan de raíces de helecho [...] los nativos dieron permiso al patrón para que fuera a los bosques [...] los nativos mantienen fuegos encendidos en sus casas durante todo el día» (cap. XI).
• f) «Los nativos tienen generalmente el maíz justo para su subsistencia [...] los nativos podrían fácilmente fabricar buena parte de su propia lana» (cap. XII).
• g) «ahora empezaré a describir los usos y costumbres de los nativos» (cap. XIII).
• h) «Los nativos aquí tienen un tipo de cuerpo enjuto, de estatura media [...] son tristes e inexpresivos cuando se comparan con los de los nativos de las Islas Canarias [...] con la única diferencia que aquí los nativos, cuando se engalanan, llevan largas capas [...] se debe a que los nativos comen tanto de ese pescado» (cap. XIV).
• i) «Los nativos de estas islas, aunque su comportamiento es grave, son extremadamente despiertos [...] los nativos de estas islas son muy adictos a la venganza [...] los nativos de las islas son sobrios [...] no he podido observar que los nativos sean más celosos que los ingleses o los franceses» (cap. XV).
• j) «¿a qué razón se puede atribuir que los nativos estén tan invadidos por el prurito y las enfermedades venéreas? [...]. Unos pocos nativos padecen la lepra [...] los nativos de las Islas Canarias tienen don para la poesía »(cap. XVI).
En los capítulos que siguen (XVII, XVIII, XIX y XX) también encontramos más registros de esta forma. Ante esta proliferación de indígenas y de nativos, no tiene nada de extraño que muchos lectores lleguen a pensar que la obra, en lugar de corresponder a las Canarias, se refiera a Nueva Zelanda o a Tahití y que estos indígenas y nativos reiteradamente nombrados sean los maoríes y las etnias polinesias. Bromas aparte, es más que evidente que ambos términos, indígena y nativo, son dos soluciones inadecuadas que deben ser sustituidas por las formas habitante, natural, isleño, canario e incluso por expresiones del tipo los del país.
Asimismo, hay que restituir el artículo a aquellos topónimos insulares que lo llevan. Es impropio, tal y como hace Aznar siguiendo a Glas, reflejar Hierro, Oliva, Palma y Sauzal, en lugar de El Hierro, La Oliva, La Palma y El Sauzal. Esta literalidad que muestra la traducción de Aznar no se limita únicamente a los aspectos señalados sino que se advierte también en otros como la anteposición del adjetivo, el uso de ciertas preposiciones y el orden de la frase, aspectos que, por razón de espacio, no voy a tocar detenidamente en mi análisis, que solamente pretende ser un diagnóstico y un comentario expositivo y no un proyecto de valoración exhaustiva.
Todas estas indicaciones previas que hago no significan, en modo alguno, que descalifico la traducción de Constantino Aznar. Muy al contrario, la valoro muy positivamente. Muchos de los párrafos de su versión muestran su capacidad para lograr una manifiesta armonía y para resolver de modo muy acertado numerosas dificultades que el texto original plantea. Y, junto a esto, no dudo en reconocer el relevante papel que su traducción ha tenido en la divulgación en Canarias de la obra de Glas. Pero entiendo que la suya, tal y como ha quedado patente en los párrafos que preceden, es una versión manifiestamente perfeccionable en diversos niveles y creo también que es justa la aspiración de presentar a Glas en un traje español sin manchas y sin arrugas, hecho a su medida. Como corresponde a uno de nuestros clásicos.
Francisco Javier Castillo
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