A las sombras les dio luz,
a los riscos les dio alma.
En las piedras plantó sueños,
en la mar plantó esperanza.
Fue trazando los senderos
entre zarzas cizañas.
Mientras iba caminando,
ideaba las palabras:
Anambro, Taborno, Afur,
Amogoje, Taganana.
El hombre le puso voz
al silencio y la montaña
dijo Adar, dijo Chamorga,
dijo Isogue, dijo Almáciga.
Dijo Tesegre, dijo Chinobre,
dijo Ahuaide, dijo Anjua.
A las sombras les dio luz;
a los riscos les dio alma.
De las entrañas del monte
sacó una profunda llama
y le puso Carboneras
y hoy habita esa palabra.
El hombre le puso voz
al silencio y la montaña.
En las piedras plantó sueños;
en la mar plantó esperanza.
En el monte sintió amor
y pronunció Chinamada.
Mientras iba caminando,
ideaba las palabras.
El hombre le dio este nombre.
El hombre le puso Anaga.
En las piedras plantó sueños
en la mar plantó esperanza.
Ubicación del poema: Mercado (Cruz del Carmen)
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