Si en Tamadiste dejé
varada y sola mi barca
y subí a sembrar ensueños
en la luz de las montañas.
Dime tú, San Borondón,
dime tú dónde se halla,
dime tú dónde está Afur,
y el cuaderno de bitácora.
No me lleves por abismos
ni por angostas cañadas.
Llévame por las veredas
que amorosan las distancias,
por los humanos senderos,
hechos de huellas y lágrimas.
Dime tú, San Borondón,
dime tú dónde se halla,
mas si cultivas silencios
o si perdiste ya el habla,
dame una seña de amor,
dame un barrunto de alma,
que quiero sembrar ensueños
en las montañas de Anaga.
Dime tú dónde está Afur,
o más bien no digas nada,
porque Afur habita ahora
en el aire de esta página;
ahora mora en el poema
y su patria es la metáfora.
Dime tú, San Borondón,
dime tú dónde se halla,
dime tú dónde está Afur,
o más bien no digas nada.
Autor: Fernando Garcíarramos (9 de Noviembre de 2005)
Ubicación del poema: La Plaza (Afur)
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