jueves, 12 de junio de 2014


DATACIONES ABSOLUTAS PARA LOS YACIMIENTOS DE RISCO CHIMIRIQUE (TEJEDA) Y PLAYA DE AGUADULCE (TELDE) (III)

La cueva 2 –Chimirique 2 (28R0438275 UTM3192766) se localiza en el tramo medio de la montaña y se trata de un espacio que hoy presenta dos sectores bien diferenciados, como consecuencia del derrumbe en época precolonial de parte del techo, por lo que hemos distinguido entre el sector a y el b. Se trata de un espacio utilizado en los primeros momentos y hasta que se produce aquel acontecimiento, como lugar de hábitat para, más tarde, una vez acaecido este suceso, aislar el sector b que pasa a convertirse en lugar de enterramiento. La morfología de uno y otro espacio explica la conservación diferencial que presentan, pues mientras el b contenía abundante información, el a manifestaba los problemas propios de todo lugar reutilizado por pastores históricos, como consecuencia de las mejores condiciones que reunía este sector.

En los primeros momentos, la morfología de Chimirique 2, debe vincularse con un amplio espacio cubierto, configurado a partir de dos cavidades emplazadas en sendos extremos de un gran solapón, no excesivamente profundo. Estos elementos constituirían un solo conjunto, unidos físicamente sin solución de continuidad, constituyendo las dos cavidades laterales el cierre del mismo. El mencionado complejo se encontraría orientado al E., ocupando Chimirique-2a el lateral izquierdo del mismo.

Con posterioridad, en un momento que trataremos de situar cronológicamente más tarde, la techumbre de este gran solapón se desprendió, dando lugar a la caída de grandes rocas que se instalan en el frente del mismo y que todavía hoy se pueden reconocer en la zona. Este fenómeno transformó el emplazamiento, eliminando el espacio a resguardo que significaba el solapón y aislando las cavidades laterales que a partir de este suceso se convierten en unidades independientes, con una dinámica de funcionamiento particular.

En este sentido, mientras el abrigo mantiene los rasgos originales de espacio y orientación se utiliza exclusivamente como lugar de habitación, documentándose todas aquellas actividades domésticas propias de este tipo de yacimientos, lo que genera un abundante registro ergológico: producciones líticas y alfareras, así como a partir de las evidencias relacionadas con la preparación de alimentos: estructuras de combustión y detritus alimenticios. En un segundo momento, al reducirse las dimensiones del espacio habitable, el sector b se utiliza como lugar de enterramiento, acogiendo los cuerpos de tres individuos.

Las condiciones que hoy presenta el depósito arqueológico en el sector a no permiten documentar la continuidad en el uso de este espacio como lugar de habitación tras producirse las citadas inhumaciones. Las razones que determinan esta situación hay que buscarlas en la reutilización histórica del abrigo como redil hasta fechas muy recientes, lo que ha determinado la alteración y destrucción de una parte significativa del relleno sedimentario de este sector.

El sector a de Chimirique 2 es una cavidad natural de planta de tendencia semicircular con unas dimensiones de 4,50 m. de largo por 4 m. de ancho. La altura del techo va disminuyendo desde la boca, con alturas que rondan los 1,70 m., hasta la zona del fondo, donde no supera los 25-30 cms. La superficie original del suelo era prácticamente horizontal, salvo en el área inmediata a la boca, es decir, en la franja de contacto con el sector 2b, donde manifesta una acusada pendiente hacia el exterior.

En la actualidad el acceso se encuentra parcialmente obstruido por la presencia del bloque de piedra desprendido que se apoya en la boca de la misma, el cual sólo deja libres estrechos pasos a un lado y a otro de esta cavidad. Ambos pasillos de acceso se hallan parcialmente cerrados por muros de piedra seca, paredes que, en la línea que define la visera del abrigo, se conectan mediante la prolongación de un muro que recorre todo el frente de la cavidad, delimitando así ambos espacios (a y b). Estos muros se encuentran desmantelados en parte, lo que permite el acceso al interior del recinto por ambos laterales, aunque la construcción ubicada en el lateral izquierdo manifiesta un mayor desarrollo vertical, lo que parece indicar que en algún momento pudiera haber cerrado completamente esta zona, de modo que sólo habría un acceso a esta cavidad.

El área seleccionada para la excavación en el sector 2a correspondió a las cuadrículas B-5/C-5 y la mitad inferior de B-4/C-4, definiendo un área de 2 x 1,50 m., próxima a la boca de la cueva. Posteriormente, las condiciones de conservación del relleno arqueológico impusieron que la zona de trabajo fuera ampliada, afectando a las cuadrículas B-6/C-6. La elección de esta área estuvo motivada por que en ella aumentaba la potencia sedimentaria de este sector y dada su localización junto a la base del muro que cierra este acceso, favorecería la prolongación de los trabajos en Chimirique-2b, correlacionando ambas zonas. Por su parte, la excavación de Chimirique-2b afectó a las cuadrículas B-7, C-7, B-8, C-8, C-9, y parte de D-8 y D-9, así como a las cuadrículas C-10 y C-11 en las cuales se recogió material superficial.

En el sector a los trabajos de campo permitieron documentar cuatro unidades sedimentarias, correspondiendo a los niveles I, II, III y IV; también en el sector b se registraron cuatro estratos, siendo el III y IV comunes a ambos depósitos, mientras que el I y el II funcionan de manera independiente.

Los trabajos de excavación llevados a cabo en este yacimiento han puesto de manifiesto un importante depósito arqueológico, tanto por el propio desarrollo del mismo como por los elementos estructurales que lo originan, manifestando toda una serie de singularidades que lo destacan del conjunto de yacimientos arqueológicos estudiados en la isla. Suponen un destacado avance en la investigación prehistórica insular, al aportar una serie de datos totalmente novedosos para la reconstrucción de las formas de vida de los canarios, permitiendo asimismo contrastar y profundizar otros aspectos que, hasta ahora, habían quedado un tanto relegados en favor de otras manifestaciones consideradas más relevantes simplemente por su espectacularidad. En este sentido, además de los magníficos repertorios de materiales recuperados, en el depósito arqueológico han quedado registradas las evidencias de la actividad humana, tanto en el plano de las tareas domésticas de carácter cotidiano como en el de las prácticas funerarias inherentes a estas comunidades.

Ya se ha señalado que Chimirique-2 funciona en un primer momento como un asentamiento de carácter temporal, probablemente vinculado al aprovechamiento estival de los pastos de cumbre. En esta fase tiene 
lugar la formación de un depósito de considerable entidad, asociado a la ocupación del sitio como lugar de habitación. De este uso deriva un abundante y variado repertorio de evidencias: líticas y alfareras, así como de un destacado conjunto de restos fáunicos vinculados a los desechos culinarios generados por el grupo humano que ocupó este enclave. A lo que habría que añadir, en estrecha relación con los materiales, la existencia de una serie de estructuras sedimentarias, de marcado origen antrópico, como son las estructuras de combustión y todos aquellos testimonios asociados a éstas. De igual forma, las características intrínsecas del depósito y las condiciones de preservación que confluyen en su conservación, han permitido documentar algunos de los cambios que afectan a este asentamiento en el uso del espacio a lo largo del tiempo.

Continúa...

Ernesto Martín Rodríguez

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