domingo, 15 de junio de 2014


DATACIONES ABSOLUTAS PARA LOS YACIMIENTOS DE RISCO CHIMIRIQUE (TEJEDA) Y PLAYA DE AGUADULCE (TELDE) (VI)

La secuencia arqueológica de Aguadulce está integrada por siete niveles estratigráficos que a su vez se subdividen en unidades menores. Todos, excepto el nivel I, presentan abundantes signos de actividad antrópica.

Unidad sedimentaria VII

Base del depósito arqueológico, representa el inicio de la ocupación humana de la cavidad. Se apoya directamente sobre el Complejo Sedimentario I constituido por arenas fósiles compactadas.

Con una potencia máxima de 30 cm. y mínima de 18 cm., se adapta a la configuración original del sustrato sobre el que se asienta, manifestando un buzamiento de cierta importancia hacia el exterior. De matriz arcillo-arenosa, presenta una tonalidad rojiza oscura.

Unidad sedimentaria VI

Corresponde a un paquete sedimentario con un desarrollo relativamente homogéneo que fluctúa entre 25-27 cms. de espesor. La matriz sedimentaria presenta una importante concentración de arena, de tonalidad gris, granulometría media y escasa compacidad. Como en la unidad precedente la inclinación de los sedimentos se dirige hacia el lateral derecho y el exterior de la cueva. En general el contenido arqueológico es muy reducido.

Unidad sedimentaria V

En términos generales, corresponde a un paquete con un componente sedimentario dominante de carácter arcillo-arenoso, de coloración rojiza oscura, grano de fracción media y escasa consistencia.

Presenta un desarrollo relativamente homogéneo con una potencia estable en torno a los 20 cm., mostrando una disposición que buza hacia el exterior de la cueva. El contenido arqueológico aumenta con respecto a la unidad precedente, si bien a escala interna muestra comportamientos diferenciados. Si a grandes rasgo éstas constituyen las principales características de la unidad, en la génesis y proceso de formación del paquete sedimentario interactúan un amplio espectro de agentes, combinando aportes antrópicos y naturales, que dan lugar a una compleja situación estratigráfica, produciéndose en consecuencia importantes cambios tanto verticales como laterales.

Unidad sedimentaria IV

Sedimento de color gris, de grano medio y compacidad algo más elevada que la del nivel precedente. Manifiesta una disposición relativamente horizontal con un espesor constante que fluctúa entre 7 y 10 cm. Presenta una potencia sensiblemente menor que las unidades inferiores.

Con este nivel se inicia la Estructura Sedimentaria II, pudiendo considerarse un paquete de transición entre ambas situaciones que en la base mantiene ciertos elementos que lo acercan a la Estructura I, mientras que a techo se definen netamente los rasgos que van a caracterizar a la Estructura II.

El material arqueológico es abundante, mostrando ligeras variaciones internas. A este respecto, los registros fáunicos de origen marino continúan destacando sobre el total de las evidencias, si bien están representados otros elementos materiales.

Unidad sedimentaria III

Caracterizado por un sedimento rojizo, de tonalidad clara, fracción media, poco compacto. Define un paquete regular de tendencia horizontal, de escasa potencia, cuyo espesor se oscila entre 3 y 7 cm. En superficie presenta una ligera capa de sedimento encostrado, de color blanco, que lo individualiza del nivel superior, ausente, en parte, del lateral izquierdo, donde se independiza un área a modo de cubeta que concentra un destacado conjunto de material arqueológico que incluye fauna marina y terrestre, cerámica e industria lítica.

Entre los rasgos distintivos de esta unidad destaca la presencia de numerosos cantos de mediano y pequeño tamaño que se disponen fundamentalmente en la mitad izquierda de la zona excavada. Además, en la franja de contacto con el nivel inferior los elementos groseros de la matriz sedimentaria aumentan, concretándose en un fino manto de cantos diminutos. De igual modo, resulta considerable la proporción de evidencias generadas en las actividades que los hombres desarrollan en este enclave. De tal forma que se consolida plenamente la tendencia, que se inicia en la unidad IV, relacionada con un importante aumento del volumen de los materiales.

Dentro de estos son las evidencias animales de origen marino las que mantienen un peso mayor, aunque los peces elevan significativamente su presencia como revela una extraordinaria concentración de escamas. Un incremento similar se detecta en la fauna vertebrada terrestre, no sólo a escala cuantitativa sino también cualitativa con la introducción del cochino en el registro. En la misma línea los restos cerámicos detentan el porcentaje más alto de todo el depósito, correspondiendo a recipientes de factura cuidada, incluidos en la categoría de cerámica pintada. En último término la industria lítica se concreta en una reducida muestra de lascas fabricadas sobre cantos.

Unidad sedimentaria II

Constituye el techo del depósito arqueológico y el último momento en la ocupación precolonial de este enclave. Se trata de un paquete diversificado en cuanto a su composición sedimentaria. En general predomina una tonalidad gris, la fracción del grano es media, siendo muy variable el grado de consistencia según las zonas.

Como todas las unidades que integran la Estructura Sedimentaria II su disposición es bastante regular, adquiriendo un desarrollo vertical en torno a los 10 cm. El material arqueológico es abundante, incluyendo entre las evidencias de origen antrópico diversos elementos relacionados con las actividades de combustión.

Unidad sedimentaria I

Aunque se incluye en el depósito arqueológico se trata de un paquete estéril, sin menoscabo de la existencia de algún resto arqueológico en su interior. Se trata de un nivel generalizado que sella la secuencia arqueológica.

El sedimento muestra una tonalidad rojiza muy clara, de grano medio, relativamente compacto. Presenta una disposición regular, con una potencia que oscila entre los 5 y 8 cm. En relación con su dinámica de formación se observan abundantes grietas de retracción en el sedimento, causadas, muy probablemente, por filtraciones de agua en el interior de la cueva.



Continúa...

Ernesto Martín Rodríguez

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