jueves, 19 de junio de 2014


NUEVA APORTACIÓN A LA PREHISTORIA DE FUERTEVENTURA. LOS GRABADOS RUPESTRES DE LA MONTAÑA DE TINDAYA (III)

OTROS HALLAZGOS

Entre los paneles números 4 y 5 se recogieron dos caparazones de moluscos (Patella caerulea) y un fragmento cerámico amorfo, correspondiente a un vaso de pequeñas dimensiones, decorado a base de incisiones anchas e irregulares, dispuestas en sentido horizontal. La pasta es rojiza, poco compacta y con abundante desgrasante de tipo calizo. Dimensiones: 31 mm. de largo, 30 mm. de ancho y 4 mm. de grosor (Fig. 3:a).
Figura 3.- A.

ESTUDIO CRÍTICO DE LOS GRABADOS

En el último tercio del siglo XIX se hallaron en la isla de Fuerteventura dos piedras con grabados rupestres, hoy perdidos. Por los dibujos (16) conservados se han clasificado como inscripciones líbico-bereber (17), de las que existen numerosos testimonios (18) en Gran Canaria, El Hierro y La Palma.

Los recientes hallazgos de grabados rupestres en la montaña de Tindaya nos permiten realizar algunas consideraciones sobre el pasado de esta isla, al tiempo que plantean ciertos problemas en cuanto a su clasificación cultural y cronológica.

(16) BERTHELOT, S. 1879. Antiquités canariennes ou annotations sur l'origine des peuples qui occuperent les Isles Fortunes, depuis les premiers temps jusqu'a l'epoque de leur conquête. (París).

(17) ÁLVAREZ DELGADO, J. 1964. Inscripciones Líbicas de Canarias. Ensayo de interpretación. (La Laguna). Pp. 398-399. HERNÁNDEZ PÉREZ, M. 1975. Grabados rupestres de Fuerteventura (Islas Canarias). «Actas de C. A. N., (Huelva, 1973-Zaragoza), Pp. 245-248.

(18) HERNÁNDEZ PÉREZ, M. S. 1973. Grabados rupestres del Archipiélago Canario. Tesis Doctoral (Inédita). (La Laguna). Pp. 254-272.

En otra ocasión uno de nosotros señaló (19) que en los grabados rupestres de las Islas Canarias las pátinas no podían ser utilizadas como elemento de datación, ya que varían según una serie de condicionantes, tales como la profundidad del grabado al traspasar o no la capa meteorizada de la roca, la técnica empleada, la erosión, la orientación o el estar cubiertos por líquenes. Estos cubren la mayoría de los grabados y la roca de Tindaya, por lo cual en numerosos casos no hemos podido señalar las pátinas.

(19) HERNÁNDEZ PÉREZ, M. S. 1973. Pp. 247-249.

Las técnicas tampoco aportan datos de interés sobre la antigüedad de los grabados. En Tindaya hemos constatado la presencia de dos técnicas: picado e incisión.

El picado es la técnica dominante. En la mayoría de los grabados se observan claramente los puntos de percusión que forman surcos de sección en su mayoría de U muy abierta, escasa profundidad y de bordes y sección muy irregulares. En algunas partes de determinados grabados, tal como se ha reseñado en su descripción, parece observarse una cierta abrasión que nunca llega a borrar totalmente los puntos de percusión, abrasión que puede haber sido originada por causas naturales, pues al estar la mayoría de los grabados en paneles inclinados la erosión pluvial y eólica es muy intensa.

La incisión sólo la hemos constatado en dos figuras del panel número 12, donde existen otros grabados realizados a base de picado. En estas figuras, de características algo diferentes a los restantes grabados de Tindaya, parecen observarse bajo la incisión, que forma surcos de sección en V muy estrecha y poco profunda, algunos puntos de percusión. Estos pueden deberse a que primero se grabó el motivo a base de picado y sobre él se realizó la incisión o que con algún puntillado se dibujó la figura para realizarla luego a base de incisión continua.

En la actualidad es imposible precisar cual de las dos técnicas es la más antigua o si son contemporáneas, hipótesis esta última por la que nos inclinamos.

Mayor interés ofrece el análisis de los motivos representados en la montaña de Tindaya. Atendiendo a su estructura las hemos agrupado en 3 tipos:

Tipo I.- Figuras geométricas reticuladas. Únicamente existen dos y de ellas sólo una completa, siendo su contorno exterior de tendencia trapezoidal. En Canarias grabados de este tipo los encontramos con cierta abundancia en El Julán, en la isla de El Hierro, y un motivo en el yacimiento palmero de Don Pedro (20). Para el grabado palmero no se pueden extraer conclusiones en torno a su cronología por encontrarse inmerso en un contexto de motivos de tendencia curva. No ocurre así con los herreños, que se han paralelizado, tanto los motivos aislados como los conjuntos, con otros del vecino continente. Así figuras similares podemos encontrar en yacimientos del Gran Atlas, como Koudiat et Mousierat (21), Lalla Mina Hammou (22) y Oukaïmeden (23), encuadrados en el grupo líbico-bereber de la clasificación de R. Mauny (24), fechados por este autor entre el 200 a. C. y el 700 d. C.

(20) HERNÁNDEZ PÉREZ, M. S. 1973. Pp. 377-378.

(21) MALHOMME, J. 1959. Corpus des gravures rupestres du Grand Atlas (1ª Partie).(Rabat). P. 21.

(22) MALHOMME, J. 1959. Pp. 15-101.

(23) MALHOMME, J. 1959. P. 30.

(24) MAUNY, R. 1954. Gravures, peintures et inscriptions rupestres de l'Ouest africain. (Dakar).

Tipo II.- Siluetas del pie humano. Es el motivo más representado y más interesante de todo el yacimiento al no haberse localizado hasta el momento en ningún otro del Archipiélago Canario.

En Tindaya estas figuras pueden aparecer aisladas o estar agrupadas en número variable y en este caso pueden estar unidas por un costado. Dentro de estos grabados podemos establecer dos subtipos:

a) Siluetas del pie humano con dedos indicados fuera del contorno del pie. Pueden representarse los cinco dedos o sólo algunos de ellos, aunque en algunos casos pudieron señalarse los cinco, hecho no comprobable por el estado de la roca, tal como se indicó en su momento.

b) Siluetas del pie humano con dedos indicados en el interior del contorno del pie. Sólo existen dos motivos y ambos están realizados a base de incisión.

Los paralelos extrainsulares para este tipo de grabados son extraordinariamente abundantes, en especial en África del Norte y Sáhara, donde H. Lhote (25) ha señalado su presencia en el arte rupestre del Sáhara Central -Tassili, Tibesti, Borku y Fezzan-, en el Sáhara Occidental -El Beyyed, El Berbera, Mouijk, El Glat, Chedgga, Adrarant, Boukard y Soud-, en el Sud-Oranesado argelino, en Marruecos -Icht, Hassi-el-Haouierra y Mechguita-, en Túnez, en Egipto y en Costa de Marfil. Representaciones de pies humanos también se localizan en los yacimientos marroquíes del Gran Atlas, como Aogdal N'Ouagouns (26), Lalla Mina Hammou (27) o en el del ex-Sáhara español de la Cueva del Diablo de Leyuad I (28). En estos yacimientos africanos fechados por H. Lhote (29) en época líbica y englobables en el grupo líbico-bereber de R. Mauny (30), que fecha entre el 200 a. C. y el 700 d. C, las representaciones del pie humano puede aparecer sólo en silueta o dibujar todo el pie, como ocurre en Leyuad I. En el primero de los casos los dedos pueden estar señalados en el interior o en el exterior de la silueta. Excepcional es el caso del yacimiento de Chaaba Tiratimin, en Tassili-n-Ajjer, donde encontramos (31) los dos subtipos presentes en Tindaya.

(25) LHOTE, H. 1952. «Varia» sur la sandale et la marche chej les touareg. «Bulletin de l'I.F.A.N.», (Dakar), XIV. Pp. 596-622.

(26) MALHOMME, J. 1959. P. 111.

(27) MALHOMME, J. 1959. P. 97.

(28) PELLICER CATALÁN, M., P. ACOSTA MARTÍNEZ, M. S. HERNÁNDEZ PÉREZ y D. MARTÍN SOCAS. 1974. Aportaciones al estudio del arte rupestre del Sahara Español (Zona meridional). «Tabona», (La Laguna), 2. Pp. 43-44.

(29) LHOTE, H. 1952. Pp. 608-609.

(30) MAUNY, R. 1954.

(31) LHOTE, H. 1952. P. 603.

Tipo III.- Figuras de tendencia rectangular y ovoide. Como los motivos del tipo anterior pueden aparecer tanto aisladas como unidas por uno de sus lados mayores, en el caso de las figuras de tendencia rectangular, presentando en algunos casos una estructura de tendencia trapezoidal con su base menor de tendencia curva. Las figuras de tendencia ovoide, en cambio, están unidas en las proximidades de uno de sus extremos por dos líneas curvas.

En África suelen estar asociadas a las representaciones de pies humanos. Por este motivo se las considera figuraciones de sandalias o de siluetas del pie humano sin dedos indicados, significado ambos que pueden tener este tipo de grabados, hasta el momento únicos en Canarias, de la montaña de Tindaya.

Además, de estos tres tipos de grabados en este yacimiento de Fuerteventura existen otros que no forman figuras geométricas claras y que pueden encuadrarse dentro de ese grupo de grabados informes tan abundantes en otros yacimientos rupestres canarios, cuyo origen habría que buscarlos en grabados no concluidos, fragmentados, borrados por la erosión o cubiertos por líquenes, cuyo calco es imposible.

A los grabados rupestres de la montaña de Tindaya se les ha dado una interpretación religiosa, en base a representaciones de siluetas del pie humano y de un pretendido e inexistente falo (32), entre otros motivos que no tienen correspondencia con los existente en la realidad en el yacimiento. Así, para T. Brito (33) parecen corresponder a «interpretaciones de alianzas familiares o tal vez de matrimonios polígamos o poliándricos... Tal vez sean interpretación de ritos fálicos o en último lugar el culto a la vida, al sol y a la lluvia». P. Carreño (34) insiste en idénticas interpretaciones, añadiendo que los símbolos ovoides (35) se relacionan con representaciones de los «atributos masculinos irradiando vida, luz, en las estrías acanaladas que de ellos dimanan. Y el símbolo de los pies humanos unidos por un círculo central representaría un enlace matrimonial... Cabría también una segunda interpretación: los pies humanos supondrían colocaciones de faycanes o sacerdotes realizando los ritos de atracción al agua en combinación con el sacerdote principal junto al efequén solar».

(32) En nuestro panel número 12.

(33) BRITO, T. 1979. Fuerteventura. Los importantes descubrimientos en Tindaya y Villaverde. «El Eco de Canarias». (Las Palmas). 16 febrero. P. 27.

(34) CARREÑO FUENTES, P. 1979. P. 11.

(35) Posiblemente sea nuestro panel número 5.

Nos parecen inaceptables estas interpretaciones de T. Brito y P. Carreño por ser falsas, como ya hemos señalado, las bases sobre las que se apoyan. La presencia de las siluetas del pie humano, único motivo figurativo del yacimiento, se relaciona en África con ciertas prácticas mágicas. En efecto, H. Lhote (36) señala que su presencia responde a ritos de tipo mágico en un sentido de toma de posesión, de purificación en lugares de pasos determinados, e incluso para librarse de seres demoníacos. No nos atrevemos a dar significado similar a los grabados de Tindaya, si bien nos parece significativo que el caserío del mismo nombre es considerado, entre los actuales habitantes de Fuerteventura, como un antiguo centro, que aún parece mantener vigencia, de brujería, lo que podría inducirnos a pervivencias de costumbres y prácticas mágico-religiosas del período precolonial.

(36) LHOTE, H. 1952. P. 603.

Las fechas propuestas por R. Mauny para estos grabados en África, evidentemente no neolíticos como opinan T. Brito y P. Carreño, nos ofrecen una nueva datación «post quem» para el pasado precolonial de Fuerteventura, ya que es también por estas fechas o incluso más tarde cuando arriban a la isla los autores de las inscripciones alfabéticas líbicas halladas en el pasado siglo en el barranco de la Torre y en la península de Jandía. En el estado actual de nuestros conocimientos no podemos afirmar que los autores de unos y otros grabados viniesen en una misma oleada o lo fueran en varías, aunque un hecho es cierto: su procedencia del vecino continente y su cronología dentro de nuestra Era.

Con este estudio de los grabados rupestres de la montaña de Tindaya hemos intentado realizar una nueva aportación al poblamiento y culturaa precolonial de las Islas Canarias, tarea en la que venimos empeñados desde hace varios años.



Mauro S. HERNÁNDEZ PÉREZ y Dimas MARTÍN SOCAS

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