martes, 17 de junio de 2014


NUEVA APORTACIÓN A LA PREHISTORIA DE FUERTEVENTURA. LOS GRABADOS RUPESTRES DE LA MONTAÑA DE TINDAYA (I)

La montaña de Tindaya se encuentra en el término municipal de La Oliva (Fuerteventura, Islas Canarias), en las proximidades del caserío del mismo nombre, levantándose sobre un suelo llano conocido como Llano de Esquinzo. Sus coordenadas geográficas son 14º 04' 13" de longitud oeste y 28º 35' 13" de latitud norte. Su altura es de 397 m. sobre el nivel del mar.

Se trata de una montaña conformada por roca volcánica ácida de tipo traquítico en parte recubierta por coladas basálticas cuaternarias o que a manera de intrusión penetra a través de las series de hiladas de los basaltos de base. Esta roca guarda estrechas similitudes con la de otros yacimientos traquíticos de la península de Jandía (1).

(1) HAUSEN, H. 1958. On the geology of Fuerteventura (Canary Islands). (Helsinki). Pp. 93-96.
BRAVO, T. 1964. Geografía General de las Canarias. T. II. (Santa Cruz de Tenerife). P. 517. FUSTER, J. M., A. CENDRERO, P. GASTESI, E. IBARROLA y J. LÓPEZ RUIZ. 1968. Fuerteventura. (Madrid)

Las primeras noticias que tenemos sobre este conjunto datan de diciembre de 1978, cuando E. Domínguez nos informó de la existencia de grabados en esta montaña y nos presentó una serie de fotografías indicativas del interés arqueológico de los mismos, máxime cuando eran de un tipo desconocido hasta el momento en el Archipiélago, y de la necesidad de su estudio. Ante ésto, nos trasladamos a Fuerteventura y, acompañados de J. M. Castañeyra, procedimos a realizar el calco, descripción y fotografía de los distintos motivos.

A quien se debe el descubrimiento de estos grabados es un problema que resulta difícil de precisar pues en estos momentos se lo atribuyen dos personas diferentes. En efecto, por la información que nosotros hemos podido recoger en la isla, habría de considerarse como autor del mismo a C. Vera, pero, en una publicación reciente, P. Carreño afirma ser su descubridor al conocerlos desde mayo de 1973 (2).

(2) CARREÑO, P. 1979. Los petroglifos de Tindaya. «Aguayro», (Las Palmas), 109. Pp. 10-11.

ENTORNO ARQUEOLÓGICO

La montaña de Tindaya se encuentra en una de las zonas arqueológicas más ricas del contexto insular de Fuerteventura, pues cuenta, según el estado actual de nuestros conocimientos, con un conjunto formado por restos de construcciones, dos cuevas de habitación, tres cuevas funerarias y restos de un conchero.
Figura 1.- Isla de Fuerteventura. 1: Montaña de Tindaya; 2: Poblado de Tinojay; 3: Cueva de los Pascuales; 4: Cueva de Esquinzo; 5: Cueva de Huriame; 6: Cueva de los Ídolos; 7: Cueva funeraria de Villaverde; 8: Grabados rupestres del Barranco de la Torre; 9: Grabados rupestres de la península de Jandía (localización no precisada); 10: Cueva del Llano.

POBLADO DE TINOJAY

Se localiza en la ladera media del barranco de Tinojay y está compuesto por dos grupos de construcciones, una en cada vertiente del mismo, distanciadas entre sí unos 100 m. (3).

Ambos conjuntos están formados por cuatro recintos, uno central de grandes dimensiones al que se le adosan los tres restantes, de plantas de tendencia oval y construidos a base de piedras de basalto de dimensiones medias.

Junto al grupo de edificaciones de la margen derecha se observan restos muy difuminados de un pequeño conchero, formado fundamentalmente, por conchas de patella.

(3) MARTIN SOCAS, D. 1971. Carta arqueológica de las islas de Fuerteventura y Lanzarote. Memoria de Licenciatura (Inédita). Pp. 128-129.

El yacimiento parece haber sido mucho mayor pues se ven indicios muy débiles de otras construcciones, pero las piedras de las mismas han sido reaprovechadas en tiempos modernos para las paredes de los corrales de ganado que existen en los alrededores.

Entre los restos identificados en la superficie del poblado se encuentran fragmentos de cerámica de factura precolonial que en muchas ocasiones están decorados a base de incisiones anchas formando distintos motivos geométricos, tales como bandas horizontales, zig-zag, etc.

CUEVA DE LOS PASCUALES

Situada a 1,5 km. de la Cueva de los ídolos, ignoramos en qué dirección pues no ha sido señalada hasta el momento, donde D. Castro Alfín ha realizado trabajos de excavación (4).

Los materiales identificados en la misma son muy pobres y se reducen a dos plaquitas de hueso pulimentadas y varios fragmentos cerámicos correspondientes a una misma vasija con forma de tendencia cilíndrica.

(4) CASTRO ALFIN, D. 1975-1976. La Cueva de los ídolos. Fuerteventura. «El Museo Canario», (Las Palmas), XXXVI-XXXVII. Pp. 242.

CUEVA DE HABITACIÓN DEL LLANO DE VILLAVERDE

Se localiza al norte del caserío de Villaverde, en la margen izquierda de la carretera que se dirige hacia Corralejo a la altura de Casilla de Costa.

Hay noticias en la zona, confirmadas por los ancianos del lugar, de que esta cueva contenía restos aborígenes, tales como cerámica y conchas de moluscos, hoy desaparecidos. La cueva fue posteriormente transformada con la construcción en su interior de un muro para convertirla en polvorín militar.

CUEVA DE ESQUINZO

Se encuentra situada en la parte oeste de la isla, a unos 400 m. del barranco del mismo nombre y a unos 5 km. al interior de la Punta de Paso Chico.

Según información recogida por uno de nosotros (5), en esta cueva se identificaron restos de dos o tres cadáveres, es imposible precisar el número exacto pues las informaciones no son claras al respecto, de los que sólo existe uno, sin cráneo, en otro tiempo depositado en las dependencias del Cabildo Insular.

(5) MARTIN SOCAS, D. 1971. Pp. 127-128.

CUEVA DE HURIAME

Situada en la zona del malpaís de La Oliva, en el pago conocido con el nombre de Huriame.

Se trata de un tubo volcánico que se bifurca a pocos metros de la entrada en tres direcciones. Mientras dos de los ramales son de pequeñas dimensiones, el tercero alcanza una longitud que no se puede precisar por no haber sido recorrido en su totalidad.

El yacimiento fue descubierto y dado a conocer por la prensa a comienzos del mes de diciembre de 1977 (6), pero el primer intento de estudiar algunos de los materiales localizados en el mismo, en concreto la cerámica, data de marzo del presente año y debido a V. M. Encinas (7).

(6) «La Provincia» (Las Palmas). 6 diciembre 1977.

(7) ENCINAS, V. M. 1979. Cerámica aborigen de Fuerteventura. «Aguayro», (LasPalmas), 109. Pp. 12-14.

Se trata de una cueva de enterramiento individual de la que no hay referencia alguna sobre la posición y disposición del cadáver, cuyo cráneo y una tibia han desaparecido. Se acompañaba de un ajuar formado por conchas de moluscos, restos vegetales no especificados, una piedra labrada de estructura no definida y tres vasos cerámicos de formas y motivos decorativos diferentes. Uno de ellos presenta forma de tendencia ovoide y cuello indicado de tendencia troncocónica. Está decorado con una banda incisa horizontal formada por varias lineas irregulares y rellenas en toda su extensión por pequeñas incisiones anchas; otro es con forma de tendencia ovoide y presenta cuello de tendencia troncocónica. Su decoración consiste en seis grupos de pequeños mamelones que, en número de seis, se disponen regularmente en dos filas de tres y desde donde parten series de líneas incisas ligeramente curvadas; el tercer vaso es de tendencia elipsoidal con base de tendencia cónica. Presenta decoración incisa ancha a base de una banda dispuesta en sentido horizontal de la que arrancan series de líneas verticales que cubren toda la superficie media del vaso.

CUEVA DE LOS ÍDOLOS

Se encuentra en los bordes meridionales del malpaís de Arena, a 1 km. de la carretera del Cotillo y a unos 2 km. del cruce de La Oliva, en el paraje conocido por la Orilla. Su altura es de 230 m. sobre el nivel del mar.

La cueva es un tubo volcánico con dos entradas, una longitud media de 16 m. y una orientación de 50º N.

Los trabajos arqueológicos realizados en la misma datan de 1970, dirigidos por J. Moisés y P. Leal (8), y en 1974, efectuados por D. Castro, quien da a conocer un análisis sintético de todos los materiales aportados por el yacimiento y en especial de los ídolos (9).

(8) Información oral de los mismos.

(9) CASTRO ALFIN, D. 1975-1976. Pp. 227-243

Se trata de una cueva funeraria que contenía un enterramiento individual de inhumación, aunque algunos huesos presentaban huellas de cremación, y se acompañaba de un ajuar extraordinariamente rico, tanto numérica como cualitativamente, compuesto por cerámica, objetos de uso común realizados en piedra y hueso y, además, cinco ídolos, tres de piedra y dos en hueso, que dan nombre al yacimiento.

El número de vasos que se estima localizados en la cueva es de cien, con predominio de las formas de tendencia ovoide, que en muchos casos están decorados a base de incisiones formando bandas de líneas horizontales o verticales, metopas de líneas rectas, zig-zag, líneas onduladas...

El material lítico se reduce, fundamentalmente, a varios alisadores con formas de tendencia oval o circular y otros fragmentos de molinos de mano de dimensiones tan reducidas que D. Castro asimila con juguetes (10).

(10) CASTRO ALFIN, D. 1975-1976. Pp. 232.

Los restos óseos, pertenecientes a cabra, son escasos, pobres y amorfos. En cuanto a los adornos, se reducen a varias plaquitas de tendencia rectangular, trapezoidal o circular, realizadas en concha de molusco no determinado que han sido pulimentadas y se acompañan en muchos de los casos por un orificio de suspensión. Es de señalar la presencia de una pieza de piedra blanca, dura, de tendencia circular y perforada en su parte central.

Sin lugar a dudas el conjunto más importante de la cueva lo representan los ídolos por ser los primeros que se descubren en la isla (11). De los realizados en piedra, dos utilizan como materia prima la pumita porosa mientras que el tercero es de arenisca blanda y se encuentra fragmentado. Los tres son antropomorfos, pero resuelven la representación de manera diferente. Así, mientras uno consta de la cabeza, que es desproporcionada con respecto al cuerpo y tiene todos los rasgos indicados, de tronco con los miembros superiores y los órganos sexuales masculinos; otro no presenta diferenciación corporal alguna y posee en su parte frontal un motivo ramiforme grabado y, por último, el realizado en arenisca, fragmentado, se compone sólo del tronco, arranque del cuello y de los miembros inferiores. El cuarto ídolo está fabricado en hueso de un posible animal marino de gran tamaño (12), su estado de conservación es malo y consta de una cabeza muy tosca y un tronco poco diferenciado. Queda sólo indicar una última figura que parece corresponderse con el tronco humano y en el que se puede observar señalado el arranque de las extremidades inferiores.

(11) Recientemente se ha publicado otro, procedente de la zona de Betancuria D. CASTRO ALFIN 1975-1976. Un ídolo en Fuerteventura. «El Museo Canario», (Las Palmas), XXXVI-XXXVII. P. 257.

(12) CASTRO ALFIN, D. 1975-1976. P. 239.

El hallazgo de estos ídolos adquiere una extraordinaria importancia en el contexto arqueológico de Fuerteventura pues viene, por un lado, a confirmar las noticias aportadas por L. Torriani de que los aborígenes de esta isla adoraban un ídolo con forma humana (13), y por otro, a enriquecer de forma destacada el panorama arqueológico insular y, por extensión, de todo el Archipiélago.

(13) TORRIANI, L. 1959. Descripción e historia del reino de las Islas Canarias. (Santa Cruz de Tenerife). P. 73.

CUEVA FUNERARIA DE VILLAVERDE

Recientemente se ha descubierto en las afueras del caserío de Villaverde una cueva natural de enterramiento, debido a un desplome del terreno cuando se realizaban obras para la conducción de las aguas sucias de dicho caserío. Sus coordenadas geográficas son 13º 54' 32" de longitud oeste y 28º 38' 3" de latitud norte (14).

(14) MARTÍN SOCAS. D. 1971. P. 127.

Se trata de una cueva de grandes dimensiones que no se ha podido medir hasta el momento, orientada en sentido oeste a este, sector este último en el que se divide en dos largos ramales. En el extremo occidental presenta restos de muros realizados en piedra seca que delimitan un espacio de unos cuarenta metros cuadrados, donde se observa la presencia de un enterramiento doble, formado por un individuo adulto que parece estar en posición decúbito supino y de un niño muy pequeño en posición lateral izquierdo y flexionado.

El descubrimiento lo podemos considerar de una importancia excepcional para la prehistoria de Fuerteventura pues aportará los primeros restos antropológicos completos que de una forma clara se puedan atribuir al mundo precolonial insular. Por otro lado, aportará los primeros datos fidedignos sobre el sistema y ritos de enterramiento desarrollados en esta isla, además de que permitirá el obtener las primeras dataciones absolutas para la prehistoria de Fuerteventura.

Continúa...

Mauro S. HERNÁNDEZ PÉREZ y Dimas MARTÍN SOCAS

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