martes, 3 de junio de 2014

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La cueva sepulcral del Barranco de Jagua, en El Rosario, Tenerife. (Emplazamiento de la cueva)

2. Emplazamiento de la cueva

Está situada en la margen derecha del citado barranco, a una altura de unos 20 metros sobre el cauce. Ocupa la parte alta de aquella margen, en una oquedad formada por la estribación muy erosionada de una colina de conglomerado volcánico.

La naturaleza del terreno nos planteó desde el principio una serie de interrogantes. El emplazamiento de cuevas sepulcrales en masas de conglomerado es sumamente raro, pues siempre eran elegidas en el seno de capas basálticas. La margen izquierda del tramo denominado Barranco del Brezo es, casi en toda su longitud, basáltica, y precisamente muy abundante en cuevas. Por la otra margen no hay cuevas, salvo algunas oquedades de poca importancia. Sin embargo, entre la base de la colina de conglomerado volcánico y el fondo del barranco, hay una pronunciada rampa formada por la disgregación de dicho conglomerado, lo que demuestra la intensa erosión sufrida. Esta misma erosión es la que explica el estado en que se halló nuestra cueva en el momento de ser descubierta.

Con ocasión de preparar unos barrenos para la construcción de unas atarjeas o acueducto, el obrero Miguel Delgado Martín, desde la parte superior de la orilla del barranco, descendió unos dos metros para abrir una zanja con el fin de preparar las cargas, cuando se encontró una covacha. El acceso, desde la parte superior, era difícil, no sólo por la naturaleza del terreno, sino por no existir paso alguno hacia la entrada. Sin embargo, el obrero, alongándose, pudo descubrir la parte inferior de un cuerpo humano que aparecía cubierto de pieles. Gracias a la rápida intervención del capataz de las obras y al aviso comunicado a la Guardia Civil del puesto de La Cuesta, que lo trasmitió a la Comisaría Provincial de Excavaciones Arqueológicas, pudo hacerse la excavación a escasas horas del descubrimiento. Esto ocurría el 11 de enero de 1956.

Continúa...

Luis DIEGO CUSCOY

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