sábado, 14 de junio de 2014


DATACIONES ABSOLUTAS PARA LOS YACIMIENTOS DE RISCO CHIMIRIQUE (TEJEDA) Y PLAYA DE AGUADULCE (TELDE) (V)

2. EXCAVACIONES ARQUEOLÓGICAS EN EL YACIMIENTO DE AGUADULCE (TELDE)

El yacimiento arqueológico de Aguadulce2 (Telde) se localiza (12º 57’ 51’’N - 15º 22’ 53’’W) en la Playa de Aguadulce, de la que recibe su nombre, una pequeña cala situada en la vertiente nororiental de la península de Tufia.

Se trata de una cueva natural que se abre en la misma línea de costa, cuyas dimensiones originales sólo se pueden conocer de forma aproximada, al encontrarse desfigurada en gran medida su primitiva morfología. En este sentido, debió constituir una cavidad de importantes proporciones, conservándose en la actualidad exclusivamente sólo el fondo de la misma. Dicho espacio manifiesta, en el eje paralelo a la boca, una longitud en torno a los 8 metros y una altura desde el suelo que oscila entre los 2 y 2,5 metros, conservando de fondo una media aproximada de un metro, sin que sea posible precisar con exactitud las dimensiones originales.

En cualquier caso, el espacio que aún se preserva parece corresponder con el de una cavidad amplia, no
excesivamente profunda, con unas condiciones de abertura relativamente considerables en el área de acceso. A la disponibilidad de espacio se une una posición privilegiada a resguardo de los vientos dominantes, así como unas excelentes condiciones de iluminación y ventilación que hacen de este recinto natural un sitio con óptimas cualidades para ser aprovechado por la población aborigen. A todos estos aspectos habría que añadir la existencia y disponibilidad de abundantes recursos naturales en el territorio circundante, propiciando un paisaje especialmente favorable para la instalación humana.

El aspecto actual de la cavidad responde en gran medida al desplome de la visera, así como el retranqueo intencionado, en época reciente, de parte del sustrato natural sobre el que se abre la cueva. Este último fenómeno se encuentra relacionado con la instalación de construcciones modernas que se adosaban al frente rocoso, ocupando prácticamente la totalidad de la playa. Precisamente, la construcción de dichas habitaciones hizo que el depósito arqueológico de Aguadulce permaneciera oculto, manteniéndose inédito el yacimiento hasta que en el año 1995 se eliminaron definitivamente los restos de tales edificaciones, proceso que había sido iniciado a mediados de la década de los 80.

Los elementos que conforman el depósito de Aguadulce se pueden estructurar en función a tres grandes complejos sedimentarios, además de la existencia de una construcción de piedra seca, correspondiente a un tramo de pared.



a) Complejo sedimentario I: Constituye la base sobre la que se dispone la colada volcánica en la que se abre la cavidad. Se trata de un paquete de arenas fósiles, relativamente compactadas, de tonalidad rojiza, que se extiende prácticamente a lo largo de todo el perímetro de la playa. En el momento de la excavación presentaba un espesor descubierto en torno a 1,30 m, si bien esta variable puede ser modificada según el aporte de arena que reciba la playa. No presenta evidencias arqueológicas.

b) Complejo sedimentario II: Directamente relacionado con la actividad antrópica desarrollada en este lugar en período precolonial. Se trata de un depósito arqueológico que evidencia una secuencia estratigráfica compleja con abundante material aborigen. Apoyándose directamente sobre el complejo sedimentario I que le sirve de base, presenta un desarrollo vertical de aproximadamente un metro de espesor. Los trabajos de excavación se centraron de forma prioritaria en su contenido. La dinámica de formación del paquete obedece tanto a la actividad antrópica como a la influencia de diversos agentes naturales, si bien son los primeros los que manifiestan un peso más destacado en dicho proceso, mientras que entre los segundos destacaría la incidencia del viento y del agua.

c) Complejo constructivo I (construcción de piedra seca): Se trata de una porción de lienzo de pared ejecutada con cantos y piedras de medianas dimensiones a partir de una sola hilera. Evidencia una factura cuidada, destacando la técnica con que se colocan las piedras y se sujetan unas a otras sin la presencia de argamasa, produciéndose asimismo una selección minuciosa de cada uno de los bloques utilizados como aparejo. El muro se apoya directamente sobre el depósito arqueológico (Complejo Sedimentario II) y se levanta hasta el techo de la cavidad, alcanzando una altura aproximada de un metro. En principio esta estructura no presenta elemento alguno que la relacione con la ocupación aborigen de la cavidad, si bien parece corresponder a una construcción relativamente antigua, sin duda histórica.

d) Complejo sedimentario III: Corresponde a un depósito de arena actual-subactual, de origen eólico, que se apoya directamente sobre el paquete arqueológico, colmatando completamente la cavidad. Asimismo, está limitado en el lateral derecho por la construcción de piedra, acomodándose al espacio que define dicho muro. Se caracteriza por la sucesión de numerosos niveles, en general de poco espesor, en los que se alternan arenas de tonalidad oscura con otras más claras, fenómeno que se relaciona con la intensidad del viento actuante en el proceso de formación. Al igual que el complejo constructivo presenta un desarrollo vertical cercano al metro, manifestándose estéril en contenido arqueológico. No obstante, posee un destacado interés biológico al acoger abundantes restos malacológicos de reducido tamaño.

Continúa...

Ernesto Martín Rodríguez

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