jueves, 20 de marzo de 2014

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CANARISMOS DEL CAMPO - LÉXICO DE LA GANADERÍA (II)

AMOLÁN

Este término parece existir todavía en el habla de algunas zonas de Lanzarote y Fuerteventura, si es que en la actualidad no hay que considerarlo entre los materiales ya olvidados del bagaje léxico tradicional (7). Sin embargo, la unidad amolán gozó en el pasado de una mayor vitalidad y de una distribución espacial más amplia. Así, bajo la variante manteca nula, aparece incluida en el repertorio de voces palmeras realizado por Antonino Pestana Rodríguez (1859-1938) (8). Carlos Pizarroso y Belmonte (9) recoge amolán como término prehispánico vivo con el valor de 'mantequilla de leche', aunque no incluye ninguna referencia a su distribución geográfica. Elías Zerolo (10) documenta su utilización en el habla de Lanzarote con el valor de 'manteca de leche de cabra'. También figura en la obra Voces, frases y proverbios provinciales de nuestras Islas Canarias de José Agustín Álvarez Rixo (11), donde este autor establece que amolán es una voz indígena que da nombre a la:

"mantequilla hecha con leche de cabras u ovejas, la cual con miel de abejas o de cañas se considera por alimento muy medicinal para limpiar y purificar suavemente el estómago. Su uso y preparación, que es del tiempo de los indígenas, es de esta manera. En los meses de Julio, Agosto y Septiembre, hallándose los pastos ya maduros, se recoge en una grande talla o tinaja por espacio de muchos días toda la leche del ganado; pero si llueve no se pone de la leche que provenga del pasto mojado, hasta que las cabras vuelven a pacerlo bien enjuto. Cuando la leche depositada en la talla está manida y en cantidad suficiente, se pasa a un odre en el cual se mece y remece hasta que el suero se separa de la manteca o Amolán. Y cuando a éste se le derrite al fuego y tiempla con algunos granos de sal, varía de cualidades todavía más específicas, y de nombre, con el de Manteca de ganado. De esta última manera no hay familia isleña que ignore o deje de haber experimentado alguna de sus muchas virtudes. Los isleños antiguos se curaban con este específico así de sus heridas como de sus padeceres internos, véanse las Historias de Canarias. Creemos que sus extraordinarias cualidades medicinales consistan en las muchas yerbas medicinales [de] que está cubierto nuestro suelo y que las cabras pacen. En botellas y jarras se envía a las Américas, donde es apreciada".

(7) Francisco Navarro Artiles (Teberite, Edirca, Las Palmas de Gran Canaria, 1981, s. v.) se refiere a la débil vitalidad de este término en el habla de Fuerteventura.

(8) Cfr. José Pérez Vidal, "La ganadería canaria", ya cit. pág. 286.

(9) Cfr. Los aborígenes de Canarias, Santa Cruz de Tenerife, 1880, pág. 155.

(10) Cfr. "La lengua, la academia y los académicos", en Legajo de varios, París, 1897, pág. 162.

(11) Manuscrito autógrafo de mediados del s. XIX conservado por los descendientes del autor en la localidad del Puerto de la Cruz, Tenerife. Existe edición con estudio y notas por Carmen Díaz Alayón y Francisco Javier Castillo, Santa Cruz de Tenerife, 1989, inédita.

Más adelante, en el artículo del mismo trabajo dedicado a manteca de ganado, Álvarez Rixo hace un recuento de las aplicaciones y virtudes curativas de este preparado. El texto en el que este estudioso habla del amolán es idéntico, salvo algunos detalles, al que se incorpora al Diccionario de Historia Natural de las Islas Canarias de Viera y Clavijo en la edición publicada en el año 1942 en Santa Cruz de Tenerife. Sin embargo, no parece posible que Álvarez Rixo haya aprovechado un fragmento de Viera, al que admiraba profundamente. La explicación puede encontrarse en Agustín Millares Torres, que tiene acceso directo a la obra de Álvarez Rixo (12).

(12) A este respecto cfr. Carmen Díaz Alayón, "Los estudios del español de Canarias en el siglo XIX y la labor investigadora de José Agustín Álvarez Rixo", Actas del Congreso de la Sociedad Española de Lingüística. XX Aniversario, I, 1990, págs. 382-392.

Las fuentes más antiguas que consignan este prehispanismo son las crónicas de Leonardo Torriani y fray Juan Abreu Galindo. El primero de ellos, en el capítulo LXIII de su Descrittione et historia del regno de l'Isole Canarie gia dette le Fortunate con il parere delle loro fortificationi, anota en relación con los antiguos herreños:

"Gli antichi Ferrini... Viueuano de carne rostita, de latte da loro detto achemen, di botero detto mulan..." (13).

(13) Cfr. Die Kanarischen Inseln und ihre Urbewohner, ed. Dominik Josef Wölfel, Leipzig, 1940, pág. 188.

Por su parte, el historiador franciscano escribe refiriéndose a las costumbres de la gente de El Hierro:

"Las frutas que tenían para su sustento eran mocanes y vicácaros y cerezas, que son como guindas prietas; y de estas frutas solían hacer vino, aunque poco, porque su común beber era agua, que llamaban ahemon. Su manjar era carne cocida o asada, la cual cocían en gánigos o cazuelas de barro cocidas al sol. Manteníanse con leche que llamaban achemen, y con manteca, que decían mulan..." (14).

(14) Cfr. Historia de la conquista de las siete islas de Canarias (ed. crítica con int. notas e índice por A. Cioranescu), Santa Cruz de Tenerife, 1977, pág. 88.

Del mismo modo, Tomás Arias Marín de Cubas, que conoce la obra del historiador anterior, también documenta la voz como característica del habla de los indígenas de El Hierro:

"usan de odres, llaman teizufre, zurron, tejuete, a la leche Achemen, la manteca Mulan..." (15).

(15) Cfr. Historia de las siete islas de Canaria (ed. de Ángel de Juan Casañas y María Régulo Rodríguez, proemio de Juan Régulo Pérez y notas arqueológicas de Julio Cuenca Sanabria), Real Sociedad Económica de Amigos del País de Gran Canaria, Las Palmas, 1986, pág. 158.

Sin recoger explícitamente la forma amolán, José de Sosa, en el apartado de su Topografía de Gran Canaria comprensiva de las siete islas llamadas Afortunadas donde habla de los edificios y cosas que fabricaban los gentiles canarios, escribe sobre las aplicaciones de la manteca curativa:

"En parte ninguna de la isla [de Gran Canaria] hacían quesos, porque no sabían el arte de cuajar la leche. Empero hacían de la de cabras mucha manteca y buena, la cual guardaban derretidas en vasijas grandes hechas de barro. Esta la conservaban añera todo el año, teniéndolo por un manjar muy sano, como de hecho lo es, preservativo de muchísimos achaques internos, que les pudieran sobrevivir de algunos humores damníficos por ser además de corroborativa y substancial, muy medicinal y purgativa, mayormente tomada de mañanas en ayunas, como se experimenta cada día" (16).

(16) Santa Cruz de Tenerife, 1943, pág. 213.

Autores posteriores como George Glas (17), José de Viera y Clavijo (18), Jean Baptiste G. M. Bory de Saint Vicent (19), Sabin Berthelot (20) y otros proporcionan la variante aculan, lectura que hay que considerar errada teniendo en cuenta, de un lado, el testimonio coincidente de las dos fuentes documentales más antiguas (Torriani y Abreu Galindo) y, de otro lado, la propia existencia de la forma actual amolán, transmitida por vía oral. Por ello, no parece poseer mucho fundamento el criterio de John Abercromby (21), de acuerdo con el cual la forma mulan constituye claramente una lectura equivocada en lugar de la genuina aculan. Álvarez Delgado (22) también se inclina a admitir que en amolán se conserva la acentuación original de la forma, y señala que el cambio de -u- por -o- (amulan > amolán) y la prótesis de a- (mulan, amulan, amolán) son fenómenos conocidos y frecuentes en el proceso de hispanización de los materiales lingüísticos canarios.

(17) Cfr. The History of the Discovery and Conquest of the Canary Islands... London, 1764, págs. 26 y 175.

(18) Cfr. Diccionario de Historia Natural de las Islas Canarias (ed. dirigida y prologada por M. Alvar), Las Palmas de Gran Canaria, 1982, pág. 134.

(19) Cfr. Essais sur les Isles Fortunées et l'antique Atlantide ou Précis de l'histoire genérale de l'Archipel des Canaries, París, Germinal an XI, [1802], pág. 51.

(20) Cfr. L'Ethnographie et les Annales de la conquéte, en Philip Barker Webb y Sabin Berthelot, Histoire Naturelle des Iles Canaries, I, París, 1842, pág. 186.

(21) Cfr. "A Study of the Ancient Speech of the Canary Islands", Varia Africana I, Harvard African Studies I, Cambridge, Mass. 1917, pág. 104. Hay edición, con traducción y estudio introductorio de Mª. Ángeles Álvarez Martínez y Fernando Galván Reula, Instituto de Estudios Canarios, 1990.

(22) Cfr. Miscelánea guanche, Santa Cruz de Tenerife, 1941, pág. 151.

El análisis etimológico de amolán ha arrojado diversos resultados. Así, Abercromby remite aculan -forma que él considera original- a dos paralelos del dominio bereber: el término akeru 'leche cuajada' del habla de los Kel Taitoq, y los elementos del cabilio ikil 'cuajada, leche cuajada' y kil 'coagular', desde donde se puede llegar a la forma ikilen 'coagulado'. Por su parte, Ernst Zyhlarz (23) admite la validez de mulan y de aculan, explicando la primera forma -como procedente del líbico * mula.nes 'tienen mantequilla' mientras que la segunda, proviene de * a ula.nes 'tienen suero'.

(23) Cfr. Wilhelm Giese, "Los estudios de las lenguas canarias de E. Zyhlarz", Revista de Historia Canaria, XVIII, 1952, págs. 415 y 422.

A lo anterior hay que añadir las conclusiones de Dominik Josef Wölfel a este respecto. El lingüista austríaco se acerca a esta voz en dos ocasiones. En primer lugar, en su edición de la crónica de Leonardo Torriani (24), donde se limita brevemente a recoger que la palabra del bereber oriental para 'mantequilla' es telusi 'mantequilla fresca' y en shilha es udi, manifestando en consecuencia que la palabra canaria debe incluirse en el grupo de elementos extraños al bereber continental moderno. Con posterioridad y ya en posesión de mayor documentación, Wölfel estudia el término en sus Monumenta Linguae Canariae (25). El estudio de las diferentes variantes textuales lo lleva a admitir el carácter original de amulan/mulan y el hecho de que amolán forme parte de las hablas modernas de Lanzarote y Fuerteventura disipa cualquier duda a este respecto. Por ello estima que la explicación etimológica de Abercromby no es válida y señala que ni el elemento bulanga 'mantequilla vegetal' ni los términos amellan 'grasa', amul 'blanco (de aspecto)' y mora 'grasa, sebo', más cercanos formal y significativamente a la voz canaria, constituyen paralelos adecuados. Es en el silha -el dialecto bereber geográficamente más cercano a Canarias- donde Wölfel encuentra los paralelos más firmes: llulu/tlulu 'cuajarse' y alulu 'leche cuajada', por lo que su hipótesis etimológica de amolán parte de la raíz de estos términos y, con la adición del elemento pasivo -m-, llega a a-m-ul-an 'la leche cuajada, la mantequilla'.

(24) Cfr. el glosario que incluye en su edición Die Kanarischen Inseln und ihre Urbewohner, ya cit. pág. 289.

(25) Graz, 1965, pág. 523.

Continúa...

Carmen Díaz Alayón

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